Incialmente eramos al menos cuatro los viajeros (contando a Katrina y Rodrigo), luego quedamos los consabidos dos (Giancarlo y yo) y, finalmente se nos incorporó una compañera de pega (Maricel).
Sábado 8AM y todos atrasados, que novedad! no? Salimos casi a las 9AM, pasando por la ya tradicional estación de servicio en Av. La Florida para después continuar directo hasta el pueblo de San Gabriel, dónde nos costó encontrar un poco el lugar de inicio del ascendo, ya que las instrucciones recibidas no eran del todo precisas; todo lo anterior para darnos cuenta por la tarde que la ruta tomada no corresponde a la ruta tradicional, sino que a una mucho más larga que sólo tenía huellas de animales más que de personas.
Dejamos el auto a la vuelta del cerro San Gabriel, muy cerca de un río que asumimos era el Yeso, justo al lado de un poste metálico señalado como "42A", luego de revisar el entorno iniciamos el ascenso donde había otro poste, en este caso el "41A", probablemente estos postes sean respiraderos de la tubería de agua que por ahí pasa.
El trayecto fue muy similar a casi todos los cerros de la región metropolitana, bastante pendiente, piedras sueltas tipo acarreo, muy seco (sólo una vertiente al comienzo y nada más después hasta nuestro "salvador"), y literamente abrasados por el calor del verano.
Las paradas fueron innumerables, casi siempre bajo un arbolito, buscando capear el calor con algo de sombra. Tras unas buenas horas (3 o 4) llegamos a una extensa planicie desde donde es posible apreciar al cerro en su magnitud. No había más nieve que unos pequeños manchones a la distancia, absolutamente inútiles a la hora de pensar en abastecimiento de agua, que ya habíamos consumido en gran parte, a pesar de llevar más de 4 litros por persona.
En esta planicie la vegetación reinante es una planta similar a lo que yo conozco por cadillo, la diferencia es que está tiene prácticamente espinas y no sólo puntas como el que yo conocía. Shuatas como pincha! Y se pega hasta en los pelos de las piernas, no sólo en la ropa.
Después de descanzar y dormitar un poco al comienzo de la planicie, avanzamos en dirección hacia la cumbre dónde se veía un manchón verde, justo al lado había restos de una pirka, la cuál optamos por utilizar para nuestro campamento. La mejoramos juntando más piedras, e incluso hicimos un parapeto circular más pequeño donde poner la cocinilla en su interior.
Al rato apareció un baqueano a caballo con sus 4 perros, que venía a arrear sus cabras. El nos indicó el lugar donde hay una vertiente muy agradable, la cuál nos abasteció de 7 litros de agua, más toda la que pudimos tomar en el lugar mismo. El viejo este nos contó varias cosas, el lugar por donde va la ruta corta y que el sube a gente y carga a menudo al cerro, utilizando caballos y mulas.
Más tarde vimos unas 8 personas que armaron campamentó más hacia el OESTE de nosotros, a la altura de la última lengua de nieve que quedaba en el cerro. Uno de ellos se nos acercó para preguntar dónde había agua, pero nunca vimos que la fueran a buscar ni tampoco se volvieron a acercar.
Giancarlo trajo una mini carpa que utilizó junto a Maricel, yo aproveché la oportunidad para poner a prueba el kit nuevo y dormir tipo vivac a la intemperie, lease colchoneta autoinflabe (inesca) y saco nuevo (azteq sirius 880), el cuál se comporto excelente, a pesar de unos pequeños chubascos nocturnos. Nada de frío y sequito.
A la mañana siguiente Maricel se quedó cuidando nuestras cosas y con Giancarlo decidimos subir hasta donde nos diera, ya que sabíamos que por el esfuerzo del día anterior y el calor extremo no nos iba a ser posible llegar a la cumbre. Llegamos a 2.800 m.s.n.m donde se veía buena parte del valle del Yeso, el Río y varias cumbres hermosas. En el trayecto nos siguieron como es natural varios cóndores, causándole impresión a Giancarlo uno que pudimos ver desde arriba, es decir, ver su parte superior hacia abajo.
Vuelta al campamento alrededor del mediodía, un almuerzo rápido, un poco de relajo y partimos a buscar agua para mejorar la bajada. La vertiente del día anterior ya no era tal, el calor la había secado, por lo tanto, tuvimos que repartir los 3 litros que nos quedaban.
En la bajada Maricel se pegó al menos 4 porrazos, uno de ellos bastante feo. Intentamos bajar por donde subía el arriero pero no logramos dar con su ruta, que entendemos es la oficial. El tramo inicial lo hicimos por un lugar distinto al de subida, pero finalmente terminamos en casi la misma ruta, salvo por algunos tramos en los cuales nos dimos cuenta había mejores alternativas. Casi llegando abajo nos topamos con el mismo arroyo de la subida, el cual sirvió para reponernos, pues estabamos muy secos.
De vuelta en el auto, unas empanadas en la ruta y a la casa destruídos!!
Definitivamente esto debe ser más agradable en Invierno, no lo recomiendo en verano.
Giancarlo publicó un foto - video en YouTube
miércoles, enero 10, 2007
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1 comentario:
No fueron 4 porrazos, alcanzaron nada ni nada menos que a la suma de 8 en total...los 4 restantes me los di cuando iba de las primeras en la bajada y estaba anciosa por llegar y al final fui la última en llegar. Moraleja "los primeros siempre seran los últimos"..jeje
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