El 9 de Julio pasado la levantada fue temprano, el día no prometía mucho pues había llovido toda la noche, llegué a la casa del profe justo a las 9AM y, Gianacarlo ya esperaba en la estación Copec de la esquina.
Nuestro instructor fue Gabriel Becker, a quién conocí en Noviembre pasado en el viaje con Antarctica XXI al continente blanco, el más árido del planeta. Este joven trabaja en Vertical, empresa de Rodrigo Jordán, ícono del montañismo en Chile, así como también su amigo Claudio Lucero.
Partimos rumbo a Farellones, el lugar preciso me comprometí en no develarlo -para proteger los intereses ecológicos- al llegar a la escena todo alrededor estaba nevado y nos esperaba una gran piedra de unos no despreciables 30m de altura.
Luego de una buena introducción a normas, nudos, cuerdas, anclajes y demases, fue el momento de realizar los descensos programados, que en total alcanzamos a realizar dos por persona.
Primero fue el turno de Giancarlo, lo seguí yo y posteriormente Gabriel, el cual bajó en un abrir y cerrar de ojos, lo que a nosotros nos tomó varios minutos en primera instancia, pero que luego ya nos relajamos y bajamos relativamente rápido.
Gabriel se dio el lujo de bajar dando largos saltos y antes de tocar suelo incluso bajó un tramo invertido, es decir, cabeza abajo.
Inicialmente pensaba que podría ser muy inseguro, pero con cuerda de seguridad adicional y el equipo del "profe" todo fue increíble, casi no hay que hacer mucho esfuerzo para sostenerse, ni mucho menos para realizar el descenso.
Resumiendo, una aventura inolvidable, que espero repetir pronto para una segunda sesión.
miércoles, julio 26, 2006
martes, julio 25, 2006
Racing The Planet - Atacama Crossing
Por un tip de Giancarlo ayer me enteré de la organización Racing The Planet, que actualmente está manteniendo la carrera Atacama Crossing y en Diciembre próximo será el evento The Last Desert (Antárctica), cómo me gustaría participar en algo así!
Las fechas de las carreras ya programadas son las siguientes:
Partieron más de 150 corredores y, el día de ayer ya la mitad estaba fuera de competencia, entre ellos la exquisita Anabelle Bond, quien subió el 2004 con Luksic a la cima del Everest y, ese mismo año toco la cumbre de las 7 cumbres más altas de cada continente.
Las fechas de las carreras ya programadas son las siguientes:
Evento | Fecha |
---|---|
Atacama Crossing | Jul 23, 2006 |
Sahara Race | Oct 29, 2006 |
The Last Desert | Dic 10, 2006 |
Gobi March | Jun 17, 2007 |
Partieron más de 150 corredores y, el día de ayer ya la mitad estaba fuera de competencia, entre ellos la exquisita Anabelle Bond, quien subió el 2004 con Luksic a la cima del Everest y, ese mismo año toco la cumbre de las 7 cumbres más altas de cada continente.
sábado, julio 22, 2006
Aproximación al Cerro La Cruz
Durante toda la semana venía con la idea de subir al Cerro La Cruz, ya que el sábado pasado cuando fui a sacar fotos al Mahuida me pareció bastante impresionante este cerro; a pesar de haber estado toda la semana con la idea, no me tomé el tiempo suficiente para la logística debida, olvidé sacar las llaves de la bodega del auto y, por lo tanto, me quedé sin bastones. Tampoco estudié cuidadosamente la ruta a seguir, en fin...fue algo muy sobre la marcha pero bastante sabroso.
Salí de casa pasadas las 10AM y tomé una micro Larraín-Alvaro Casanova, en el trayecto hacia el parque se me ocurrió llamar a Martin por si estaba de ánimo de subir, pero estaba todavía un tanto somnoliento, por lo tanto, la aventura fue en modo SOLO.
Al pagar el derecho de admisión al parque ($200) me comentaron que había mucho barro en los senderos, pero qué mas da! Esa es la idea! Acercándome a donde están los caballos del Club de Rodeo de La Reina se me acercaron 5 perros, los cuales me acompañaron absolutamente todo el trayecto, tanto de subida como de bajada.
Se inicia la aproximación, avanzo por el sendero Norte del Parque hacia el Oriente, llego a un formidable mirador y luego comienza la subida de verdad. A partir de este tramo se hace evidente el barro, ya tengo una corteza de unos cuantos centímetros bajo mis zapatos. En este tramo me encuentro con dos personas a caballo que vienen bajando el cerro.
Unos quince minutos después llego hasta unas torres de alta tensión, donde está la antena de Radio Pudahuel, precisamente ese punto es donde se inicia el tramo más escarpado y, por ende, el "Sendero de Montaña del Cerro La Cruz". Cerca hay un mapa que indica que debo seguir pasando por unos roqueríos hasta una explanada y luego seguir, al menos un tramo más. Aquí es donde me doy cuenta que el tiempo presupuestado definitivamente no me va a alcanzar, el ascenso a este cerro definitivamente hay que programarlo como salida de día completo.
Pasé la zona de las rocas y, alredeor del medio día decidir detener la subida, pues con la niebla ya no veía a más de 20 metros. En ese lugar me detuve unos instantes a descansar, cuando escuche que se acercaban personas, esperé a que llegaran para preguntarles si conocían el sector. Los dos que venían subiendo estaban bastante bien equipados y, me comentaron que por lo menos quedaba hora y media más para llegar al primer lugar interesante y, hasta la cumbre era mucho más aún.
Creo el próximo ascenso lo haré en un día que no haya niebla y, de ser posible con al menos unas horas más de tiempo disponible.
Salí de casa pasadas las 10AM y tomé una micro Larraín-Alvaro Casanova, en el trayecto hacia el parque se me ocurrió llamar a Martin por si estaba de ánimo de subir, pero estaba todavía un tanto somnoliento, por lo tanto, la aventura fue en modo SOLO.
Al pagar el derecho de admisión al parque ($200) me comentaron que había mucho barro en los senderos, pero qué mas da! Esa es la idea! Acercándome a donde están los caballos del Club de Rodeo de La Reina se me acercaron 5 perros, los cuales me acompañaron absolutamente todo el trayecto, tanto de subida como de bajada.
Se inicia la aproximación, avanzo por el sendero Norte del Parque hacia el Oriente, llego a un formidable mirador y luego comienza la subida de verdad. A partir de este tramo se hace evidente el barro, ya tengo una corteza de unos cuantos centímetros bajo mis zapatos. En este tramo me encuentro con dos personas a caballo que vienen bajando el cerro.
Unos quince minutos después llego hasta unas torres de alta tensión, donde está la antena de Radio Pudahuel, precisamente ese punto es donde se inicia el tramo más escarpado y, por ende, el "Sendero de Montaña del Cerro La Cruz". Cerca hay un mapa que indica que debo seguir pasando por unos roqueríos hasta una explanada y luego seguir, al menos un tramo más. Aquí es donde me doy cuenta que el tiempo presupuestado definitivamente no me va a alcanzar, el ascenso a este cerro definitivamente hay que programarlo como salida de día completo.
Pasé la zona de las rocas y, alredeor del medio día decidir detener la subida, pues con la niebla ya no veía a más de 20 metros. En ese lugar me detuve unos instantes a descansar, cuando escuche que se acercaban personas, esperé a que llegaran para preguntarles si conocían el sector. Los dos que venían subiendo estaban bastante bien equipados y, me comentaron que por lo menos quedaba hora y media más para llegar al primer lugar interesante y, hasta la cumbre era mucho más aún.
Creo el próximo ascenso lo haré en un día que no haya niebla y, de ser posible con al menos unas horas más de tiempo disponible.
viernes, julio 21, 2006
Sendero de Chile
Olvidaba dos tramos del Sendero de Chile que hice con Pauline, el primero en Octubre del año pasado en el Tramo Cerrito San Juan hacia la cordillera de Rancagua y, el segundo a principio de este año el tramo sur del Parque Mahuida en la comuna de La Reina.
Adjunto unas fotos de estos lugares: la de señales y la de Pauline son en el Parque Mahuida, en la que aparezco yo es cerca de un caserío hacia el oriente de Rancagua.
Entre los dos, definitivamente es más entretenido el de la sexta región, porque el de La Reina es extremadamente árido, al menos en verano. El sábado pasado fui sólo al Mahuida nuevamente y, el escenario era completamente diferente.
Relatos Pendientes y posibilidades a futuro
Se me quedan en el tintero el ascenso al Cerro Provincia, la carrera en la cuesta Chacabuco y la primera clase de Rapel, espero ponerme al día al menos con uno de esos relatos este fin de semana.
También me falta subir al sitio de Flickr las fotos asociadas a cada uno de estos eventos.
En carpeta están los cerros La Cruz, San Ramón y Pintor.
Recientemente se me vinieron a la cabeza las Islas Wollaston....pero creo eso es algo de más largo aliento.
También me falta subir al sitio de Flickr las fotos asociadas a cada uno de estos eventos.
En carpeta están los cerros La Cruz, San Ramón y Pintor.
Recientemente se me vinieron a la cabeza las Islas Wollaston....pero creo eso es algo de más largo aliento.
Mayo 13 2006, Cerro Pochoco, Sector el Arrayán, Lo Barnechea
En esta ocasión el chofer cambió, tipo 8:45AM me pasó a buscar Cristian Yánez (Excelsys) al Santa Isabel de atrás del departamento. El siguiente en subirse al Chevrolet Aveo es Giancarlo, a quien recogimos afuera del Hotel Neruda, siguiendo con los pasajeros el último fue Mauricio Van der Molen que esperaba en el OK Market de Apoquindo con Coronel aproximadamente.
Enfilamos hacia lo Barnechea, para luego pasar por la plaza San Enrique y tomar camino hacia el Arrayán, finalmente llegamos a estacionarnos afuera del observatorio donde comenzó la caminata del día.
En los primeros metros ya se nos moría el chofer, quien retrasado por su pobre respiración debido a su hábito de fumador se le hacía muy difícil el subir el tramo inicial. Pero en ningún momento dejamos que flaqueara, lo esperamos donde fuese necesario y no arrugó. El desafío inicial era superar el punto donde el intento anterior Mauricio había “devuelto” su desayuno, pero afortunadamente esto no se repitió y ese objetivo se superó con creces.
Entre detención y detención Giancarlo nos aventajó considerablemente, pues no se detuvo con nosotros hasta que llegamos al primer descanso en la roca de la primera cima. A diferencia de la vez anterior, en esta ocasión no había tantos deportistas como esperábamos.
A partir de este punto ya era posible apreciar de rato en rato a una gran ave que circulaba plácidamente alrededor del cerro Pochoco.
Seguimos hasta la siguiente cima, donde ya Cristian y Mauricio se notaban bastante más molidos. En la explanada superior encontramos a un señor con sus dos hijos de unos diez años aproximadamente. Seguimos hacia la cumbre final y, este tramo casualmente lo hicimos muy rápido.
A veces en cuatro patas, otras escalando roca y enredándonos con los cactus llegamos en muy poco tiempo a lo que sería nuestro lugar de almuerzo, al fin la cima del Pochocho! Lunch time! Consumimos la poca agua que nos restaba y cada uno rápidamente disfrutó de sus alimentos, entre los que podemos nombrar galletas, chocolates, pepinos y barras de cereales.
Mientras almorzábamos pasó muy cerca un avión, presumiblemente hacia Argentina por la dirección que este llevaba. Tras esto la infaltable sesión de fotos de grupo, más una que otra de la naturaleza circundante. De vistas de Santiago ni hablar, pues el smog lo cubría absolutamente todo! El dato freak lo puso la Oreja de Van Gogh, pues el ensayo del concierto que tendrían esa noche se escuchaba claramente desde la cumbre.
Vuelta a bajar, en esta ocasión yo era el último del equipo pues me tomé todo el tiempo del mundo para obtener fotografías. Giancarlo nuevamente se adelantó, pero en esta ocasión lo acompañó Mauricio y, Cristián me esperó a mí. Al llegar a un punto determinado no encontramos nada mejor que irnos por un atajo en vez de bajar la escarpada piedra. Para nuestra sorpresa resultó peor la decisión, ya que lo único que había era una molesta morrena, la cual bajamos como verdaderas arañas con Mr. Yánez.
Metros más abajo Mauricio nos esperaba porque Rotta iba muy rápido. En ese lugar hicimos un alto y llegó una niña con dos perros, el labrador era inusualmente extraño: había perdido su lengua en una trampa del tipo “guachi”, por lo tanto, iba sediento a más no dar.
Seguimos hacia abajo, pero la decisión de subir con zapatillas en vez de mis bototos fue pésima y, lo sentí en mis pies en el tramo final de la bajada. Nunca más zapatillas para algo así! Llegamos abajo y devuelta a casa, sin antes pasar a comprar 1.5lt de líquido por cabeza.
Enfilamos hacia lo Barnechea, para luego pasar por la plaza San Enrique y tomar camino hacia el Arrayán, finalmente llegamos a estacionarnos afuera del observatorio donde comenzó la caminata del día.
En los primeros metros ya se nos moría el chofer, quien retrasado por su pobre respiración debido a su hábito de fumador se le hacía muy difícil el subir el tramo inicial. Pero en ningún momento dejamos que flaqueara, lo esperamos donde fuese necesario y no arrugó. El desafío inicial era superar el punto donde el intento anterior Mauricio había “devuelto” su desayuno, pero afortunadamente esto no se repitió y ese objetivo se superó con creces.
Entre detención y detención Giancarlo nos aventajó considerablemente, pues no se detuvo con nosotros hasta que llegamos al primer descanso en la roca de la primera cima. A diferencia de la vez anterior, en esta ocasión no había tantos deportistas como esperábamos.
A partir de este punto ya era posible apreciar de rato en rato a una gran ave que circulaba plácidamente alrededor del cerro Pochoco.
Seguimos hasta la siguiente cima, donde ya Cristian y Mauricio se notaban bastante más molidos. En la explanada superior encontramos a un señor con sus dos hijos de unos diez años aproximadamente. Seguimos hacia la cumbre final y, este tramo casualmente lo hicimos muy rápido.
A veces en cuatro patas, otras escalando roca y enredándonos con los cactus llegamos en muy poco tiempo a lo que sería nuestro lugar de almuerzo, al fin la cima del Pochocho! Lunch time! Consumimos la poca agua que nos restaba y cada uno rápidamente disfrutó de sus alimentos, entre los que podemos nombrar galletas, chocolates, pepinos y barras de cereales.
Mientras almorzábamos pasó muy cerca un avión, presumiblemente hacia Argentina por la dirección que este llevaba. Tras esto la infaltable sesión de fotos de grupo, más una que otra de la naturaleza circundante. De vistas de Santiago ni hablar, pues el smog lo cubría absolutamente todo! El dato freak lo puso la Oreja de Van Gogh, pues el ensayo del concierto que tendrían esa noche se escuchaba claramente desde la cumbre.
Vuelta a bajar, en esta ocasión yo era el último del equipo pues me tomé todo el tiempo del mundo para obtener fotografías. Giancarlo nuevamente se adelantó, pero en esta ocasión lo acompañó Mauricio y, Cristián me esperó a mí. Al llegar a un punto determinado no encontramos nada mejor que irnos por un atajo en vez de bajar la escarpada piedra. Para nuestra sorpresa resultó peor la decisión, ya que lo único que había era una molesta morrena, la cual bajamos como verdaderas arañas con Mr. Yánez.
Metros más abajo Mauricio nos esperaba porque Rotta iba muy rápido. En ese lugar hicimos un alto y llegó una niña con dos perros, el labrador era inusualmente extraño: había perdido su lengua en una trampa del tipo “guachi”, por lo tanto, iba sediento a más no dar.
Seguimos hacia abajo, pero la decisión de subir con zapatillas en vez de mis bototos fue pésima y, lo sentí en mis pies en el tramo final de la bajada. Nunca más zapatillas para algo así! Llegamos abajo y devuelta a casa, sin antes pasar a comprar 1.5lt de líquido por cabeza.
Abril 23 2006, Laguna Glaciar El Morado, Cajón del Maipo
Comenzó el día esperando a Giancarlo en su ya tradicional Arrecho Wrangler, como es usual no llegó a la hora acordada, pero tampoco tan tarde como en otras ocasiones. Asumamos que salimos a las 9AM desde el departamento. A continuación la clásica detención en la estación de bencina Copec de Av. La Florida para abastecernos de agua, chocolates y combustible.
Desde allí el viaje siguió sin detenciones hasta un tanto ya entrado al camino de ripio del Cajón. En el se nos hizo imprescindible detenernos a disminuir la presión de los neumáticos, pues el camino estaba pésimo y saltábamos como pelota en el Jeep. Luego seguimos rumbo hasta la entrada del Valle de Engorda, donde nos cruzamos con gente de a pie que a esa hora (aprox. 11AM) ya venía de vuelta, completamente cargados con mochilas, evidencia de al menos haber pernoctado en las cercanías.
Afortunadamente había muy poca nieve, por lo tanto, pudimos acercarnos mucho antes de requerir comenzar la caminata. Al llegar al tradicional estacionamiento no encontrábamos el sendero que nos permitía seguir pero, tuvimos la suerte que pasó una de las máquinas que explotan el yeso y, su chofer nos indicó por donde meternos.
Seguimos avanzado por el pequeño sendero un par de kilómetros más hasta finalmente estacionarnos poco después de pasar un PathFinder que ya estaba en el lugar. Desde allí comenzamos la caminata del día.
A cargar las respectivas mochilas, GPS, cámara y bastón. Los primeros 100 metros fueron duros, definitivamente se notó mi falta de training, pero después retomamos el paso.
Rápidamente llegamos al punto dónde nuestra anterior aproximación en pleno invierno pasado terminó debido a la profundidad de la nieve, en esta ocasión no era más que piedras y uno que otro hilo de agua debido a los deshielos.
Un tanto más arriba nos encontramos con una placa de hielo y nieve a la sombra, la cual no estuvo exenta de resbalones, ya que sólo íbamos con bototos regulares, nada de crampones ni similar. De ahí en adelante directo a la laguna sin mayores tropiezos, salvo que en tramo final nos separamos, cada uno subiendo por el lado que más apropiado le parecía.
Finalmente llegué por mi lado antes que Giancarlo, quien hizo los últimos metros utilizando la ruta que yo seguí pues la de él subía innecesariamente para otro lado.
Al llegar a la laguna la vista era evidentemente fenomenal, tal como las otras veces, salvo que esta vez el clima estaba al 100% de nuestro lado. Un sol radiante que no dejaba sacarte los lentes de sol.
Al fondo de la laguna, donde termina el colgante del glaciar El Morado había dos deportistas escalando la pared de hielo. Minutos después escuchamos un gran ruido y, parte importante del hielo colgante cayó a la laguna. Para fortuna de los escaladores no fue precisamente en el lugar en que ellos se encontraban, pero evidentemente los desanimó un poco, pues en cosa de segundos habían ascendido la pared y ya estaban firmes con los pies sobre la tierra.
Tras pasar unos 45 minutos en la laguna y, después de una merecida sesión fotográfica de hielos, rocas y similares, comenzamos un descenso tranquilo hasta nuestro transporte, el cual abordamos hasta detenernos en una pequeña casa en el camino, con el único fin de comernos unas buenas empanadas horneadas en horno de barro.
Cerramos el día con comida china junto a Pauline en el departamento,
Desde allí el viaje siguió sin detenciones hasta un tanto ya entrado al camino de ripio del Cajón. En el se nos hizo imprescindible detenernos a disminuir la presión de los neumáticos, pues el camino estaba pésimo y saltábamos como pelota en el Jeep. Luego seguimos rumbo hasta la entrada del Valle de Engorda, donde nos cruzamos con gente de a pie que a esa hora (aprox. 11AM) ya venía de vuelta, completamente cargados con mochilas, evidencia de al menos haber pernoctado en las cercanías.
Afortunadamente había muy poca nieve, por lo tanto, pudimos acercarnos mucho antes de requerir comenzar la caminata. Al llegar al tradicional estacionamiento no encontrábamos el sendero que nos permitía seguir pero, tuvimos la suerte que pasó una de las máquinas que explotan el yeso y, su chofer nos indicó por donde meternos.
Seguimos avanzado por el pequeño sendero un par de kilómetros más hasta finalmente estacionarnos poco después de pasar un PathFinder que ya estaba en el lugar. Desde allí comenzamos la caminata del día.
A cargar las respectivas mochilas, GPS, cámara y bastón. Los primeros 100 metros fueron duros, definitivamente se notó mi falta de training, pero después retomamos el paso.
Rápidamente llegamos al punto dónde nuestra anterior aproximación en pleno invierno pasado terminó debido a la profundidad de la nieve, en esta ocasión no era más que piedras y uno que otro hilo de agua debido a los deshielos.
Un tanto más arriba nos encontramos con una placa de hielo y nieve a la sombra, la cual no estuvo exenta de resbalones, ya que sólo íbamos con bototos regulares, nada de crampones ni similar. De ahí en adelante directo a la laguna sin mayores tropiezos, salvo que en tramo final nos separamos, cada uno subiendo por el lado que más apropiado le parecía.
Finalmente llegué por mi lado antes que Giancarlo, quien hizo los últimos metros utilizando la ruta que yo seguí pues la de él subía innecesariamente para otro lado.
Al llegar a la laguna la vista era evidentemente fenomenal, tal como las otras veces, salvo que esta vez el clima estaba al 100% de nuestro lado. Un sol radiante que no dejaba sacarte los lentes de sol.
Al fondo de la laguna, donde termina el colgante del glaciar El Morado había dos deportistas escalando la pared de hielo. Minutos después escuchamos un gran ruido y, parte importante del hielo colgante cayó a la laguna. Para fortuna de los escaladores no fue precisamente en el lugar en que ellos se encontraban, pero evidentemente los desanimó un poco, pues en cosa de segundos habían ascendido la pared y ya estaban firmes con los pies sobre la tierra.
Tras pasar unos 45 minutos en la laguna y, después de una merecida sesión fotográfica de hielos, rocas y similares, comenzamos un descenso tranquilo hasta nuestro transporte, el cual abordamos hasta detenernos en una pequeña casa en el camino, con el único fin de comernos unas buenas empanadas horneadas en horno de barro.
Cerramos el día con comida china junto a Pauline en el departamento,
Suscribirse a:
Entradas (Atom)